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Unicef denuncia que la pandemia ha puesto “en jaque” el bienestar de los niños en España dejándoles "expuestos" a “problemas de salud mental y física”
Unicef denunció ayer que la pandemia del coronavirus ha puesto “en jaque” el bienestar de los niños en España, como lo demuestra el hecho de que su educación “se ha visto comprometida” y que hayan quedado “desprotegidos”, “expuestos a la pobreza” y a “problemas de salud mental y física”.
Esta es una de las reflexiones del nuevo número de la serie ‘Cuadernos para el Debate. La infancia vulnerable en España: riesgos y reflexiones políticas ante la crisis de la Covid-19’, que Unicef España acaba de publicar junto al Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia y Adolescencia (Iundia).
El presidente de Unicef España, Gustavo Suárez Pertierra, subrayó que “los niños y niñas han sufrido considerablemente los efectos de la Covid-19, que han aumentado la incertidumbre y las dificultades ante un futuro que ya antes de la pandemia mostraba grandes desafíos”, por lo que “urgen respuestas y, a través de los textos y reflexiones de 17 expertos, hemos querido contribuir al análisis del antes y después de la pandemia en cuatro pilares clave para la infancia: bienestar material, educación, salud y protección”.
En ese sentido, el texto pone de manifiesto que la situación de pobreza infantil en España “ya era preocupante antes de la pandemia”, como se observa en el hecho de que uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza o exclusión social, un hecho que la pandemia no ha hecho más que acrecentar.
Por ello, los expertos reclaman la puesta en marcha de “políticas transversales e integrales que terminen con las desventajas y privaciones que se derivan de la falta de equidad”, especialmente aquellas que favorezcan “el incremento de oportunidades laborales de calidad o el acceso a la vivienda para los jóvenes”.
A su vez, Unicef subraya que la pandemia ha acentuado las dificultades que España atravesaba para “garantizar el acceso a una educación inclusiva, de calidad, equitativa” y ha descubierto otras dificultades como la brecha digital.
Ante esta situación, propugna una inversión destinada a resolver dichas dificultades y el desarrollo de un sistema educativo “más equitativo, inclusivo e innovador”.
Al mismo tiempo, considera apremiante abordar de forma integral la salud física y mental de los menore. Para dar fuerza a su argumento, expone que el 34,9% de los niños de 8 a 16 años tiene obesidad o sobrepeso, porcentaje que asciende al 40,6% en el segmento de edad comprendido entre los 6 y 9 años, una situación que afecta singularmente a los menores más vulnerables y que se agravó como consecuencia del sedentarismo causado por el confinamiento domiciliario.
Por esa razón urgen a invertir y poner en marcha “estrategias de intervención y prevención que garanticen la salud de la población infantil y adolescente desde un punto de vista transversal y multidisciplinar; así como la promoción de un estilo de vida saludable”.
Respecto de la protección a la infancia, aboga por “fomentar un cambio en la sociedad que nos lleve a tratar a todos los niños como lo que son: sujetos de derechos”, especialmente a aquellos que viven en “contextos vulnerables”.
A ese respecto, María Ángeles Espinosa, directora del Iundia, concluyó que “la publicación plantea una serie de herramientas y respuestas políticas para abordar los riesgos derivados de la crisis sanitaria, económica y social generada en este contexto, con el objetivo de garantizar los derechos de la infancia”.