Cristina Vázquez: "Poder reconocer estos síndromes es esencial en este mundo globalizado. Las enfermedades infecciosas somos nosotros y nuestra interacción con el ambiente"

Cristina Vázquez es coautora del libro ‘Enfermedades tropicales importadas. Una realidad de importancia creciente’. En esta entrevista a Médicos y Pacientes, la doctora explica la importancia de este libro, que puede ayudar a los médicos en el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades

Madrid medicosypacientes.com/ Sara Narvaiza

La Fundación para la Cooperación Internacional del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (FCOMCI) presentó el pasado 25 de noviembre ‘Enfermedades tropicales importadas. Una realidad de importancia creciente’, un libro escrito por Cristina Vázquez Guillament, Laia J. Vázquez Guillament, ambas especialistas en Medicina Interna por la Escuela de Medicina de Yale (EE. UU.), y Guillermo Vázquez Mata, especialista en Medicina Interna y un referente en el campo de la cooperación médica 
 
¿Qué piensa que puede aportarle a un facultativo el libro que acaba de publicar junto a Guillermo y Laia Vázquez ‘Enfermedades tropicales importadas. Una realidad de importancia creciente’?

 
Sin duda la gran ventaja es la síntesis de información muy compleja que hace posible diagnosticar y tratar enfermedades tropicales de forma rapida y efectiva. De una forma creciente los facultativos basan su aprendizaje y la toma de decisiones en el uso artículos cientificos publicados en revistas de renombre y los libros se dejan de lado. Este estilo de aprendizaje tiene la desventaja de que los artículos tengan preguntas muy concretas. Por ejemplo: “ cuál es la duración de tramiento de la enfermedad x” o “ cuántos fluidos he de admistrar a enfermos con x”. No es posible para el médico de urgencias o atención primaria tener una idea clara del diagnóstico diferencial y tratamiento empírico de las enfermedades tropicales leyendo estos artículos. Los esfuerzos para describir la presentación e historia natural de estas enfermedades son necesarios y la base de la práctica clínica.
 
Vivimos en un mundo globalizado, en el que es muy fácil moverse de un punto a otro del planeta, ¿piensa que es importante que todos los profesionales de la Medicina conozcan estas patologías o tengan a su alcance recursos para diagnosticarlas rápidamente?
 
Una pregunta estupenda. Me viene a la memoria el caso de un paciente con fiebre, eritema morbiliforme, ictericia leve y astenia severa que acudió a una consulta de urgencias en agosto. El médico de guardia lo diagnosticó de gripe y lo envió a casa con tratamiento sintomático. Siete dias después y sin resolución de los síntomas lo volovieron a enviar casa con diagnóstico de gripe. 
 
Cuando hablé con él había pasado los últimos meses en una zona portuaria donde habia estado en contacto con zarigueyas. Las zarigueyas son un marsupial autóctono del continente americano que actúa como reservorio del tifus endemico. De inmediato empezamos tratamiento con doxiciclina. El diagnóstico fue confirmado con serologías y el paciente mejoró inmediatamente. 
 
Poder reconocer estos síndromes es esencial en este mundo globalizado. Las enfermedades infecciosas somos nosotros y nuestra interacción con el ambiente. El lugar de origen o los lugares visitados recientemente son parte especial de la historia clínica.
 
¿Qué le aporta como persona y como profesional trabajar o colaborar como voluntaria en entornos desfavorecidos?
 
Yo nací en Rumania, salí escarmentada… ( risas). Guillermo y Laia tienen más experiencia en cooperación. Como especialista en enfermedades infecciosas en EE. UU. he tratado enfermedades tropicales en turistas americanos, veteranos y soldados en activo. 
 
También tuve el gusto de trabajar en Nuevo México con nativos americanos en casos de peste bubónica, tularemia y coccidioidomycosis. La medicina y las enfermedades infecciosas te acercan a las personas con interacciones que no ocurren en otros ambitos de la vida social, te ayudan a entender y a valorar tu entorno de una forma diferente.
 
Otra anécdota es la de una enferma con una úlcera en el dedo índice de la mano derecha y un ganglio epitroclear. Los cultivos de sangre crecían bacilos gram negativos. Convencida del diagnóstico de tularemia pregunté por activa y por pasiva si había tenido algún contacto con conejos o perros de la pradera (un roedor tipico de la zona). La paciente lo negó con rotundidad. Entoces hice una pregunta abierta: ¿Qué hiciste este fin de semana?. A lo que ella contestó: fui de cacería. Yo entoces respondí: ¿qué hiciste en la caceria? Respuesta: desollar conejos. Aquel día aprendí que en el lenguaje Navajo el significado de un verbo depende del nombre. Un conejo muerto no tiene nada que ver con un conejo en vida, ¡fascinante! 
 
¿Cuáles cree que son las mejores aportaciones que se pueden hacer en países con pocos recursos en el ámbito sanitario? 

 
El desarrollo económico y social traerá consigo mejoras a nivel sanitario. El modelo español de sanidad universal es un ejemplo para el resto del mundo que se debe replicar en las economías emergentes. La sanidad no puede ser un negocio, no puede haber dividendos.
 
¿Cree que la educación en salud es un pilar importante en este sentido? 

 
Si, la educación y el conocimiento son esenciales, sin duda. El problema es asegurarse de que la educación sea en profundidad. El conocimiento basado en “titulares de periódico” o “conocimiento superficial” es peligroso porque se puede utilizar para justificar posiciones totalmente irracionales como hemos presenciado en los ultimos años con la pandemia COVID-19.
 
Usted estudió la especialidad de Medicina Interna, ¿qué consejos le daría a un joven estudiante que desee formarse en esta especialidad?
 

Les diría que han elegido la carrera mas fascinante. Cuando uno es internista puede ser cualquier cosa: “Nuestros compañeros son excelentes clínicos, investigadores de ciencias básicas y epidemiología. Por nuestro contacto con los problemas del día a día, temenos un lugar importante en la política y por nuestro comportamiento formamos parte de una élite cultural que se extiende durante miles de generaciones hasta llegar a los chamanes y curanderos de la prehistoria. Vuestro conocimiento se puede aplicar a cualquier campo, la arquitectura, el medio ambiente, el transporte…, ¡no hay límites! Sed ambiciosos y cambiad el mundo”.